Prevención sobre el Maltrato a Menores... ¡Una responsabilidad de Todos!
Efectos Conductuales del Maltrato Infantil
Aparte de las lesiones físicas inmediatas que los niños pueden sufrir a través del maltrato, las reacciones de un niño al abuso o la negligencia pueden tener impactos de por vida e incluso intergeneracionales. El maltrato durante la niñez se puede vincular a consecuencias físicas, psicológicas y de comportamiento más tarde en la vida, así como a costos para la sociedad en general. Estas consecuencias pueden ser independientes entre sí, pero también pueden ser relacionadas unas con otras. Por ejemplo, el maltrato puede impedir el desarrollo físico del cerebro del niño y llevar a problemas psicológicos, como una baja autoestima. Luego, esto podría provocar conductas de alto riesgo, como el uso de sustancias.
Consecuencias de comportamiento
Las víctimas de abuso y negligencia de menores a menudo exhiben dificultades de comportamiento incluso después de que termina el maltrato. Los siguientes son ejemplos de cómo el maltrato puede afectar los comportamientos de los individuos cuando son adolescentes y adultos.
Prácticas sexuales poco saludables.
Los estudios sugieren que es más probable que los niños maltratados o abusados tomen riesgos sexuales a medida que llegan a la adolescencia, incluido un mayor número de parejas sexuales, el inicio más temprano de la conducta sexual y el sexo transaccional (es decir, sexo intercambiado por dinero, regalos u otro apoyo material) (Thompson et al., 2017). Esto aumenta sus posibilidades de contraer una enfermedad de transmisión sexual.
Delincuencia juvenil que conduce a la criminalidad adulta.
Varios estudios han documentado la correlación entre el maltrato de menores y la delincuencia juvenil futura y las actividades criminales (Herrenkohl, Jung, Lee y Kim, 2017). Según una investigación financiada por el National Institute of Justice dentro del U.S. Department of Justice, Office of Justice Programs [Instituto Nacional de Justicia dentro del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, Oficina de Programas de Justicia], los niños que sufren maltrato en forma de abuso físico y emocional tienen más probabilidades de desarrollar conductas antisociales y formar relaciones con otras personas antisociales (U.S. Department of Justice, Office of Justice Programs, National Institute of Justice, 2017). Además, existe una diferencia entre niños y niñas en la forma en que el maltrato de menores influye en el comportamiento delincuente. En el estudio, las niñas tendían a expresar comportamientos de internalización (por ejemplo, depresión, abstinencia social, ansiedad), mientras que los niños tendían a expresar comportamientos de externalización (por ejemplo, acoso escolar o “bullying”, agresión, hostilidad) que conducían a conductas criminales de adultos (Herrenkohl et al., 2017).
Alcohol y otras drogas.
Los adultos que sufrieron maltratado durante la niñez tienen un riesgo mucho mayor de trastornos por el uso de sustancias que los adultos que no fueron maltratados (LeTendre y Reed, 2017; Choi, DiNitto, Marti y Choi, 2017).
Perpetración futura del maltrato.
Aunque la mayoría de las personas que han sufrido abuso y negligencia durante la niñez no llegan a abusar o descuidar a sus propios hijos, las investigaciones sugieren que es más probable que lo hagan en comparación con personas que no fueron maltratadas (Yang, Font, Ketchum y Kim, 2018). Este ciclo de maltrato puede ser el resultado de que los niños aprendan desde temprano que el abuso físico o la negligencia es una forma adecuada de crianza (Child Welfare Information Gateway, 2018).
Fuente:
Hoja Informativa (Agosto, 2019). Consecuencias a largo plazo del maltrato de menores (Long-Term Consequences of Child Abuse and Neglect). Child Welfare Information Gateway. Children's Bureau. https://www.childwelfare.gov/pubPDFs/sp_long_term_consequences.pdf
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