Prevención sobre el Maltrato a Menores... ¡Una responsabilidad de Todos!

 Efectos Psicológicos del Maltrato Infantil




El abuso y la negligencia de menores pueden causar una variedad de problemas psicológicos. El maltrato puede hacer que las víctimas se sientan aisladas, temerosas y desconfiadas. Esto puede llevar a consecuencias psicológicas de por vida que pueden manifestarse como dificultades educativas, baja autoestima, depresión y problemas para formar y mantener relaciones. Los investigadores han identificado vínculos entre el abuso y la negligencia de menores y los siguientes resultados psicológicos.


Disminución del funcionamiento ejecutivo y habilidades cognitivas. 

El desarrollo cerebral interrumpido como resultado del maltrato puede causar deficiencias en las funciones ejecutivas del cerebro: la memoria, el autocontrol y la flexibilidad cognitiva (es decir, la capacidad de ver las cosas y situaciones desde diferentes perspectivas) (Kavanaugh, Dupont-Frechette, Jerskey y Holler, 2016). Los niños que fueron maltratados también están en riesgo de otros problemas cognitivos, incluidas las dificultades para aprender y prestar atención (Bick y Nelson, 2016).


Mala salud mental y emocional. 

Experimentar el maltrato durante la niñez es un factor de riesgo para la depresión, la ansiedad y otros trastornos psiquiátricos durante la adultez. Los estudios han encontrado que los adultos con un historial de experiencias infantiles adversas tuvieron una mayor prevalencia de intentos de suicidio que los adultos que no han tenido estas experiencias (Choi, DiNitto, Marti y Segal, 2017; FullerThomson, Baird, Dhrodia y Brennenstuhl, 2016). (Para leer más sobre las experiencias infantiles adversas, consulte la sección Investigación Federal sobre experiencias infantiles adversas, más adelante en esta hoja informativa). Además, los adultos con depresión mayor que sufrieron abuso cuando eran niños tuvieron peores resultados de respuesta al tratamiento con antidepresivos, especialmente si el maltrato ocurrió cuando tenían 7 años o menos (Williams, Debattista, Duchemin, Schatzberg y Nemeroff, 2016).



Apego y dificultades sociales. 

Los bebés en hogares de cuidado de crianza que han sufrido maltrato seguido de interrupciones en la atención temprana pueden desarrollar trastornos de apego. Los trastornos de apego pueden afectar negativamente la capacidad de un niño para formar relaciones positivas entre pares, sociales y románticas más adelante en la vida (Doyle y Cicchetti, 2017). Además, los niños que experimentan abuso o negligencia tienen más probabilidades de desarrollar rasgos antisociales a medida que crecen, lo que puede conducir a un comportamiento criminal en la edad adulta (U.S. Department of Justice, Office of Justice Programs, National Institute of Justice, 2017). 


Estrés tóxico. 

El estrés tóxico puede ser causado por experiencias infantiles adversas, incluido el maltrato de menores. Puede cambiar la arquitectura cerebral de una persona, lo que puede provocar que su sistema de respuesta al estrés se active con mayor frecuencia y por períodos de tiempo más prolongados. Esto puede poner a la persona a mayor riesgo de una variedad de problemas de salud física y mental, incluida la enfermedad cardiovascular, depresión y ansiedad (National Scientific Council on the Developing Child, 2014). La activación fuerte, frecuente o prolongada del sistema de respuesta al estrés de una persona, a menudo denominado estrés tóxico, puede tener efectos perjudiciales duraderos en la salud, el comportamiento y la capacidad de aprendizaje de un individuo (National Scientific Council on the Developing Child, 2014).


Estrés postraumático. 

Los niños que experimentaron abuso o negligencia pueden desarrollar un trastorno de estrés postraumático (“posttraumatic stress disorder”, o PTSD, por sus siglas en inglés), que se caracteriza por síntomas como volver a experimentar de manera persistente los eventos traumáticos relacionados con el abuso; evitar personas, lugares y eventos que estén asociados con su maltrato; sentir miedo, horror, ira, culpa o vergüenza; sorprendiéndose fácilmente y mostrar hipervigilancia, irritabilidad u otros cambios en el estado de ánimo (Sege et al., 2017). El trastorno de estrés postraumático en los niños puede llevar a la depresión, el comportamiento suicida, el uso de sustancias y los comportamientos desafiantes hasta la edad adulta, lo que puede afectar su capacidad para tener éxito en la escuela y crear y fomentar relaciones importantes.







Fuente:

Hoja Informativa (Agosto, 2019). Consecuencias a largo plazo del maltrato de menores (Long-Term Consequences of Child Abuse and Neglect). Child Welfare Information Gateway. Children's Bureau. https://www.childwelfare.gov/pubPDFs/sp_long_term_consequences.pdf

Logo Tomado de: https://escapepr.org/campanas/

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